viernes, 1 de febrero de 2019

Lectura: Las desventuras del joven Werther, de Goethe.

¿Algo más de ahora y de antes que el Werther?

Las penas de amor no tienen época ni lugar, por eso, antes de comentar la grandiosa obra de Goethe, expongo un intento de poema sin título que escribí, como cualquier joven en medio de muchas emociones, hace un poco más de dos años, pero que al terminar de leer esta novela, he adaptado y puesto un nombre en honor a los sentimientos de su protagonista, porque puedo imaginar que estos versos también pudieron ser escritos por él.


Un Werther de este tiempo

Era la tarde del 28 de octubre de 2016,
la tuve frente a mí sin mirar alrededor.
tuviste mis ojos resplandeciendo en tus labios,
tu sonrisa nerviosa en mis palabras,
aquellas que volaban hasta ti.

Supimos lo que era la complicidad,
un juego de historias y otras tonterías,
y nunca me sentí tan rescatado del abismo
como cuando ella apareció para alegrar mis días.
Su compañía se había llevado mi oscuridad. 

Cuando esperaba las últimas horas de los días para volverte a ver,
me atormentaba el reloj y las ansias me corroían los deseos,
de tu ensortijado pelo, tu calma respiración, tus luminosos ojos,
tu constante y pronunciada risa, tu blanca piel.
¡Dime si soñaste tantas noches junto a mí, como lo hice yo!

Supo cuánto la estaba amando.
Me había dibujado su etéreo corazón en el alma.
Mi felicidad era ella, donde encontraba la paz.
Supo que no podía vivir sin su amor,
que sus escritos eran los que alimentaban mis ganas de volverla a ver.
Le di mis noches, le di mi tiempo, le di mis ganas de vivir,
mis risas, mis esperanzas y todo cuanto era mi ser.

Nos tuvimos aquella tarde que se fue tras caer la noche,
así nos fuimos, con las inevitables ganas de volvernos a ver.
Escribí y quise encontrar de nuevo el camino para llegar hasta ti,
pero ya no estabas, no había camino que llevara a tu lado.

Rompió mi corazón y el curso de mi vida
cuando despiadada se negó a seguir el camino junto a mí.
y entonces abrí los secretos de mis pensamientos
porque ya no había más que su resuelta decisión.
–Me encantas– le dije, era justo lo que sentía.
Estaba encantado de ella y ahora perdido.

Desde aquella vez, dos días amargos han pasado y escribo violentamente,
…¡Lloro!, lloro mucho y pienso en que está bien hacerlo.
Estoy decidido a abandonarlo todo.

Aquí estoy buscando y descubriendo todo lo que está guardado,
un escondite de letras llenas de los más profundos sentimientos.
Aquí estoy rompiéndolo todo, llorando y desprendiéndome de ti.
Comprendo que hay alegrías que duran poco, pues todo pasa.
Los amores se van con el tiempo y llega el olvido de pronto,
nada queda de las miradas ardientes y esto puede resultar mejor.
Aquí estoy con el alma rasgada, alma vacía, alma deprimida, alma sola.
No soporto, tan cierto que no aguanto, eso siento.
No soy para esta vida, no quiero sufrir más.
Aquí, la soledad.

Hasta entonces, guardaba recuerdos de amores acabados,
que ahora destruía junto con su imagen,
lo dejé todo allí en el suelo: una reunión de lágrimas, cartas y dolor.
No supe más de un amor tan puro y sincero como aquel que sentí por ella.
Murió el amor y con él, este ser que retorna a la oscuridad.



Dejando atrás, los antiguos versos, confieso que me he comprado una edición especial de esta obra, 30 años de Letras Universales de la editorial Cátedra, en ella, el editor Manuel José González ha hecho una traducción impecable de esta obra alemana, introduciendo además, explicaciones de algunos términos originales, detalles de la época, anotaciones sobre la vida de Goethe y los personajes reales que inspiraron a los ficticios, así como algunas referencias del Sturm und Drang y el impacto que tuvo la obra en Europa, especialmente en Alemania y España. Por último, ofrece una cronología fundamental sobre Goethe y su obra; en general, un preámbulo valiosísimo para ubicar y entender mejor esta obra goethiana.  

Pues bien, Las desventuras del joven Werther es una tragedia de la Alemania del siglo XVIII, ambientada en los parajes rurales de Wahlheim, ciudad anónima que puede asociarse a la real Wetzlar. Se trata pues, de un compendio de cartas escritas por Werther a su amigo Wilhelm, en las que cuenta todo lo que le sucede durante su estancia en el campo, su huida de éste y su regreso a él. Dos de sus cartas, sin embargo, van dirigidas a Lotte, su amada.

Werther se ha enamorado de Lotte, una mujer casada, por lo que inicia un constante sufrimiento, que plasma en cada carta que dirige a Wilhelm. Lotte es visitada a menudo por Werther y todo transcurre en el encanto, hasta el día en que regresa Albert a casa, el esposo de ésta, quien no ve con buenos ojos los acercamientos de Werther a Lotte. Su lugar se ve amenazado por un personaje que frecuenta a su esposa para conversar y verla tocar el piano. 

Mientras que Lotte decide crear una amistad entre Albert  y Werther, éste se envenena el alma por su prohibido amor, siente celos de Albert, los pensamientos en su cabeza dan mil vueltas de desesperación e impotencia frente a su inalcanzable Lotte, pues ésta pertenece a su esposo, sólo a él. En medio de todo, considera que es bueno mantener una amistad con Albert, para estar cerca de Lotte.

En cierto punto, Lotte le pide a Werther que deje de visitarla, y que regrese a casa de ella el 24 de diciembre, esto para evitar problemas con su esposo. Para Werther la vida ha perdido sentido, no desea seguir viviendo de esa manera, el amor empieza a matarlo rápidamente, piensa en Lotte, la ama, no puede tenerla, ¡quiere morir!, llora, escribe... hasta que ansioso por verla, decide ir a casa de Lotte antes de Nochebuena, ella lo recibe en su casa, entran en la habitación y ella toca el piano, Werther se resiste, después de un rato él lee "El canto de Selma", elemento que en la obra caracteriza a Werther como héroe sentimental, y de repente, los labios de Werther están sobre los de Lotte, "el mundo desapareció para ellos", describe el autor, pero ella lo aparta entre confusión, amor y rabia, lo aparta de sus labios, pero también de su vida, mientras él le dice un adiós que es para siempre. Sólo unas horas bastaron a Werther para hacer los preparativos de su partida definitiva; el Emilia Galotti fue testigo de ese adiós, el héroe se ha ido.

Imagen de la película Young Goethe in love, representación de lo que pudo ser Werther junto a Lotte en un paseo por el campo o de camino al baile que los destinó a conocerse. 


Eso en resumen, es lo que sucede en la novela, siendo el tema central, el suicidio. En la obra es comparado el suicidio a una enfermedad que desencadena en la muerte. Se expone la moral y en cuestionamiento lo que está bien y lo que está mal, lo ridículo, lo sensato... Porque todo tiene un origen, una causa, nadie actúa por casualidad. Recuerdo a Gladys cuando dijo en clase de Literatura universal: "uno no es, a uno lo vuelven". Lo pone Werther en estos términos:

"Es cierto que el robo es un delito: pero el hombre que, por salvarse a sí mismo y a los suyos de la muerte inmediata por hambre, se lanza al robo, ¿merece compasión o castigo?"

¡Ah, me acuerdo ahora del gran Jean Valjean!, qué despreciable es la moral. 

Otro tema tratado en la obra, es la felicidad, las dos caras de ésta. Por una parte, quienes la encuentran en las formas materiales, el dinero y la posesión de bienes; o en las formas abstractas, como en los títulos, las míseras ocupaciones o las pasiones. Por otra parte, están quienes encuentran la felicidad en el simple hecho de ser humanos, conscientes de lo que implica vivir y con el sentimiento de la libertad de poder abandonarlo todo cuando se le plazca.

Puedo notar, que los excesos lo acaban todo, el exceso de felicidad como el exceso de tristeza acaban por plantar en el corazón un deseo de escapar de la realidad. Las cosas tienen límites y cuando se exceden, se hacen insoportables. Para Werther, el suicidio no es cobardía sino una muestra de lo insoportable que se hacen ciertas situaciones de la vida, como la alta fiebre que termina por vencer un cuerpo hasta llevarlo a la muerte. 

Sentencias, ¡muchas!, señalamientos, burlas, sobran. Pero el que goza de buena salud, jamás podrá ponerse en el lugar de quién padece una terrible enfermedad. Quién tiene a un amor y su compañía, jamás podrá comprender el sufrimiento de la profunda soledad. Quien tiene poder adquisitivo, un gran puesto y vive a los lujos de su gusto, jamás sabrá de las angustias que causan las deudas, el desempleo y la pobreza.

Werther sabía desde el principio que Lotte era una mujer casada y no podía corresponderle, aún así, se hicieron incontrolables sus pasiones. Se enamoró y se perdió por ella. Lotte significó su máxima felicidad pero también su máxima tristeza. Nunca la juzgó ni la culpó porque conocía su corazón, su fidelidad y la sinceridad con que le hacía ver las cosas. 

Lotte en su alma sabía del amor que por ella sentía Werther, como también sabía que él no soportaría el infortunio de no tenerla. Considero que Lotte era una mujer inteligente, talentosa y hermosa, sí, por eso Werther no había sido el único en perderse por ella, pues ya existía un desdichado personaje que había caído en literal locura por su amor. 

¿Qué ha debido hacer Lotte acaso? Escapar de Albert para irse con Werther a cualquier lugar o mantenerse al margen del encendido amor tan presente en los amantes. 

¿Qué ha debido hacer Werther? Raptar a Lotte, acaso matar a Albert tal y como llegó pensarlo en algún momento o resignarse e irse de Wahlheim para encontrar otro amor.

¿Qué ha debido hacer Albert? ¿Y qué Wilhelm?

El presente está construido sobre las decisiones de un pasado inmodificable.


Mis frases destacadas del libro:

* "La pintura es también aplicable a la poesía; se trata solamente de reconocer lo que es verdaderamente bello y atreverse a expresarlo".

* "¡Ay de aquellos que se sirven del poder que tienen sobre un corazón para arrebatarle la sencilla dicha que de él brota!". 

* "Observa al hombre en sus limitaciones, mira cómo actúan sobre él las impresiones, cómo arraigan en él las ideas, hasta que al fin una pasión creciente le roba todas las serenas fuerzas y le impulsa a su destrucción". 

* "La dicha como el infortunio  se encuentran en los objetos con que nos relacionamos, y nada hay más peligroso que la soledad". 

* "Lo que yo sé puede saberlo cualquiera. Mi corazón no es más que mío".

* "No soy más que un viajero, un peregrino de este mundo".

* "Todos los hombre se ven frustrados en sus esperanzas y engañados en sus esperas".

* "Convencido y cada vez lo estoy más, de que la existencia de una criatura importa poco, muy poco". 

* "El hombre es tan pasajero que incluso allí mismo donde cree estar seguro de su existencia, allí donde deja la única y verdadera huella de su presencia en el recuerdo, en el alma de los seres queridos, allí también se borra, tiene que desaparecer y... ¡tan pronto!".

* "¡Sólo Dios lo sabe! Muchas veces me acuesto con el deseo, y a menudo con la esperanza, de no volver a despertar; y por la mañana abro los ojos, veo de nuevo lucir el sol y me siento desgraciado". 

...Ah, y otros escritos tan de Werther,



¿Quién no ha sentido también alguna vez ganas de escapar? Quiero dejar esta canción:


Video del canal de YouTube "Rock Nacional Argentino".



Por: Marizel Alejandra Garzón De Las Salas.



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