viernes, 5 de octubre de 2018

Lectura: La Eneida, de Virgilio.

Hablar de Roma es evocar la grandeza de su gloria en la antigüedad. La historia nos muestra que Roma fue un fuerte imperio que tuvo presencia en tres continentes, Asia, África y Europa; dominaron el Mediterráneo, Mare Nostrum, y con éste, las actividades comerciales de la época. Impetuosas las legiones romanas y cuántas historias durante el mandato de cada emperador. Hablar de Roma es hablar de política, economía, arquitectura, religión, lengua, literatura, y precisamente habría que mencionar la más grande obra de literatura latina, La Eneida, epopeya escrita por el poeta oficial del Imperio Romano, Virgilio.

La Eneida es una de esas obras que, por cultura general hay que leer. Vemos aquí una de las teorías más bien, uno de los mitos de la fundación de Roma. Ciertamente, si La Odisea trató las aventuras de Odiseo; La Eneida, se centra en las de Eneas, otro guerrero que tomó protagonismo en la Guerra de Troya. De esta obra además, puede decirse que compendia los hechos descritos en La Iliada y en La Odisea, esta vez, al estilo latino, pues de entrada revela la voluntad de Júpiter con respecto a la constitución del legado romano y los forjadores de éste. 

Personalmente, me gustaron los detalles del artificio del caballo de Troya, la toma de la ciudad y la narración de la muerte de Príamo, su rey. Eneas hizo parte del ejército troyano y junto a su familia, por señal de Júpiter, huyó a "la tierra prometida" por decirlo así. En este transcurso ocurre un suspenso, el extravío, la muerte y aparición de Creusa, esposa de Eneas, lo cual fue un momento conmovedor, pues aquí se da una despedida de tipo romance movie.

Esta lectura fue aventura, la búsqueda de un destino, la lucha contra la adversidad, la supervivencia al mar, a la peste, a las arpías, a Escila, a Caribdis, a los cíclopes; es ver la vida después de la guerra, esta vez, desde el lado de un troyano. 

Momentos memorables por conexión de sucesos, dejan recordar a grandes personajes que tuvieron lugar en la guerra entre aqueos y troyanos, así pues, en la ciudad de Butroto, Eneas entabla un diálogo con Andrómaca, quien fue esposa del gran Héctor. Y al arribar en las costas de los cíclopes, ocurre un encuentro inesperado entre Eneas y Aqueménides, quien fue compañero de Odiseo. Por supuesto, Virgilio conocía muy bien la obra de Homero, se nota por haber referido apartes de su epopeya. 

Eneas cuenta a Dido la caída de Troya. Obra de Guérin (1815) París, Museo del Louvre.


Las mujeres que siempre han estado involucradas en la vida de los caudillos, toman protagonismo cuando de asuntos de amores se tratan. Sucede aquí una pretensión intensa y prohibida de Dido hacia Eneas, pero como siempre, un resuelto mortal a cumplir los designios de los dioses, no quebranta su objetivo: arribar a Italia y establecer su descendencia en territorio latino. Entonces sucumbe la pasión al honor. Eneas se mantiene firme y Dido acaba con su propia vida. A este suceso, antecede una maldición de la reina cartaginense, que de hecho puede explicar la histórica enemistad entre Cartago y Roma.

Avanzando en la obra, se muestra que el oráculo puede revelar el destino. Por otra parte, con sorpresa me tomó la descripción que Virgilio hace del Averno, el mismo famoso "infierno" vociferado por el cristianismo. Ahora bien, esta obra es ficción, es mito, ¿será acaso la idea de infierno producto de la imaginación?; por ahora, esto es lo que nos cuenta Virgilio: 

Para llegar al Averno, se debe ir en la barca de Caronte, en ella cruzar el río que nadie cruza dos veces. Allí a las puertas, se encuentra Cerbero, el perro cuidador. La primera sesión del Averno está ocupada por niños que murieron prematuramente, junto a ellos están los condenados a pena de muerte injustamente. Luego, viene la sesión de los suicidas, sujetos a fuerza del pantano Estigio. Después, al rededor de esta sesión, se encuentran los "campos llorosos", donde habitan aquellos que murieron de amor y éstos no olvidan nunca sus penas. En los últimos campos, moran los ilustres guerreros, quienes perdieron la vida por causa de la guerra. Luego, viene un lugar llamado el Tártaro, a su entrada se encuentra el río Flegetonte, ardiente en llamas. Allí se oyen gemidos, crueles azotes, el rechinar del hierro y cadenas que arrastran. Existe pues, un personaje llamado Radamanto, quien hace las veces de juez inquisidor, ya que indaga y castiga los fraudes, obliga a contestar culpas, las cuales sentencia. Por otro lado, es allí donde Tisífone, azota e insulta a los castigados. Una vez abierta la puerta del Tártaro, las almas condenadas se precipitan por un oscuro abismo. Se cuenta entonces, que allí están los Titanes y unos gigantes que intentaron quebrantar el cielo y bajar a Júpiter de su trono, además se encuentra un personaje llamado Salmoneo, quien intentó imitar a Júpiter. Se aclara también que, en el Tártaro los castigos se repiten una y otra vez eternamente. En el Tártaro están además, los que aborrecieron a sus hermanos o hirieron a sus padres, los que atesoraron riquezas para ellos solos, los adúlteros, los violentos, los traidores, los incestuosos, los corruptos.

Más allá del Tártaro, se encuentra el palacio de Plutón, lugar de felicidad, de bosques, camposde aire puro donde salen el sol y las estrellas, los que allí habitan, practican deporte, danzan, recitan versos, cantan a Apolo, comen echados en la hierba, un sacerdote interpreta el arpa de siete cuerdas. Allí se encuentra el linaje de Teucro, Dárdano, el fundador de Troya. Por el palacio de Plutón pasa el caudaloso río Erídano. En este plácido lugar se encuentran los que recibieron heridas en la lucha por la patria, los sacerdotes que llevaron una vida casta, los piadosos que cantaron a Febo Apolo, los que perfeccionaron sus vidas en las artes y los que por sus méritos permanecen en la memoria de los hombres. Curioso es que existe un valle en el que muchas almas están encerradas y destinadas a volver a la Tierra. Estas almas beben en el río Leteo, y entonces es borrada toda su memoria del pasado. Sí, está claro que Virgilio nos está hablando de la reencarnación, pero también menciona que desde el principio un sólo espíritu anima todas las cosas. Que al final todos los hombres reciben un castigo mientras purifican su alma, lo cual les lleva a alcanzar los Campos Elíseos, claro está, no todas las almas logran alcanzar este estado de etérea esencia, inmaculada, renovada y deseosa de volver a animar cuerpos humanos. 

Luego de pasearme por el Averno, entonces me asaltan muchos pensamientos, toda la connotación religiosa tras la descripción de este lugar, la presencia del bien y del mal, la manifestación de la justicia. Pero bueno, esto no es lo central del libro, sino la instauración de los troyanos en tierras latinas. La victoria sobre aquellos que se opusieron al cumplimiento de la voluntad divina. Finalmente, Eneas después de aventurar con sus compañeros y su hijo Ascanio, logran su estadía en Italia y entonces aquel caudillo funda Roma. César Augusto, primer emperador de Roma, queriendo vincularse a la ascendencia de Eneas, es mencionado por Virgilio, de la siguiente manera: 

"Ese es César, esa es toda la progenie de Iulo [hijo de Eneas] que ha de venir bajo la gran bóveda del cielo. Ese, ese será el héroe que tantas veces te fue prometido, César Augusto, del linaje de los dioses, que por segunda vez hará nacer los siglos de oro en el Lacio, en esos campos que antiguamente reinó Saturno". 

Y porque presiento que se hace extensa esta entrada, ahora dejo mis tres frases favoritas del libro: 

* "La única salvación para los vencidos es no esperar ninguna".

* ¿Será por ventura los dioses los que funden este ardor en mi espíritu, o tal vez cada cual se forja un dios de sus ciegos apetitos?

* "A cada uno le están señalados sus días; pero alcanzar con grandes hechos fama duradera, obra es del valor".


Por: Maricel Garzón De Las Salas.

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