martes, 8 de mayo de 2018

Lectura: Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago.

Todos tenemos nuestra lista de libros por leer, bueno, al menos quienes somos ansiosos por la lectura y siempre queremos más. Pues bien, Ensayo sobre la ceguera tuvo un lugar en la lista de espera y ya es deseo cumplido.

Desde el primer momento, ingresé en una ciudad cualquiera para encontrar personas de vidas ajenas. Aquí no importan los nombres ni los apellidos, aquí todos somos iguales, seres humanos haciendo hasta lo imposible por sobrevivir, porque a fin de cuentas, los infortunios no distinguen oficios ni estatus.

Abrir el libro Ensayo sobre la ceguera, fue dar reproducir a una película de suspenso... En un día normal, la gente y el tráfico convergen en el afán. el semáforo cambia verde, embrague y acelerador en marcha, de repente, un automóvil no avanza, ¿qué pasa?. el caos vehicular estalla de impaciencia, ¡un momento!, el conductor de este automóvil se ha quedado ciego, sí, así no más, está ciego, el mundo se le ha desaparecido en un destello de luz.

La "ceguera blanca", es la extraña patología que padecen los habitantes de esta ciudad distópica, excepto la esposa del médico, todos han quedado ciegos.

Escena de la esposa del médico guiando a su grupo. Película A ciegas, dirigida por Fernando Meirelles (2008).


Un personaje, curiosamente no queda ciego, ¿por qué? Pues a mi parecer, esta mujer representa la lucidez espiritual e intelectual, aquella que en medio de cualquier situación busca soluciones, es capaz de trazar el camino y guiar por éste a quienes desventurados lo necesiten.

Saramago, nos expone una "ceguera blanca", una excesiva luz que ciega. No son las tinieblas las que atormentan a los ciegos, sino la luminosidad. La gente cree saberlo todo, vivir apenas lo adecuado, ser feliz en los placeres, la gente cree verse bien y se engrandecen en su vanidad, pero todo es porquería, ignorancia y banalidad.

"Estoy de paso, había dicho el escritor, y éstas eran las señales que iba dejando, al pasar", pues a saber, apenas somos nada en el tiempo y en el espacio, personas que buscamos la supervivencia en un mundo lleno de adversidades: abandono estatal, represalia militar, enfermedades, delincuencia, egoísmo, hambre, desorden, suciedad, muerte, avaricia... No es ningún secreto, esto no es un paraíso. Todos los días nos despertamos para luchar.

Portada del libro Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago. Editorial: Punto de lectura.


Este libro es atrapante de principio a fin, el sorprendente mundo descrito por Saramago no discrepa mucho del que vivimos, un lugar lleno de ciegos, seres humanos conformistas que se hacen los que no ven. Todo está "bien" aunque todo esté mal, pero además de ciegos, están mudos, sordos e inmóviles, pues todo pasa y nada pasa, paradójicamente.

Tal vez, en alguna ocasión: abramos los ojos para ver la realidad y actuar en concordancia con el bien común.

A continuación, dejaré mis tres frases favoritas del libro:

* "Contentarse con lo que uno va teniendo es lo más natural cuando se está ciego".

* "Abramos los ojos. Es una gran verdad eso de que el peor ciego es el que no quiere ver".

* "Un día, cuando comprendamos que nada bueno y útil podemos hacer por el mundo, deberíamos tener el valor de salir simplemente de la vida".

Ah, y una frase adicional: "El miedo nos mantendrá ciegos".


Maricel Garzón De Las Salas.

Lectura: Edipo Rey, de Sófocles.

No sé si exista un ser más desgraciado que Edipo, víctima de una maldición generacional. A sus hijas, Antígona e Ismene, resume su maldición...